Los NFTs (tokens no fungibles) y la tecnología blockchain han modificado profundamente la manera en que entendemos la propiedad digital.
El abogado Rodrigo Sandoval Wyss considera que estos avances representan una innovación real, pues permiten asignar derechos de autor de forma más segura, trazable y transparente dentro del entorno digital.
Los NFTs facilitan la creación de piezas digitales únicas e irrepetibles, mientras que la blockchain provee un registro público inmutable, asegurando la autenticidad y trazabilidad de las obras.
Este binomio tecnológico ofrece nuevas oportunidades para los creadores, quienes pueden acreditar y proteger su autoría sin depender de intermediarios tradicionales.
A pesar de su potencial, el abogado Rodrigo Sandoval Wyss advierte que los NFTs y la blockchain también traen consigo retos legales significativos.
La falta de marcos regulatorios claros deja espacio para abusos, especulación y violaciones de derechos de autor.
En muchos países, las leyes actuales no contemplan del todo las particularidades de estas tecnologías, lo que genera un vacío jurídico que complica la defensa de los creadores y la protección de los consumidores.
En palabras del abogado, “la innovación tecnológica sin acompañamiento normativo puede terminar debilitando, en lugar de fortalecer, los derechos de autor”.

Para Rodrigo Sandoval Wyss, el futuro de los derechos de autor dependerá de la capacidad del mundo jurídico para adaptarse.
La tecnología no debe verse como una amenaza, sino como una oportunidad para construir mecanismos de protección más justos, ágiles y transparentes.
Los NFTs y la blockchain tienen el potencial de democratizar la propiedad digital, siempre que existan regulaciones que equilibren el interés de los creadores, los usuarios y el mercado.
“Solo a través de un marco legal sólido podremos transformar esta innovación en una herramienta de progreso y no en un espejismo jurídico”, concluye el abogado.
Los NFTs y la blockchain no son un fenómeno pasajero. Representan un cambio estructural en la forma en que entendemos la creación, el intercambio y la propiedad en el entorno digital.
Sin embargo, como advierte Rodrigo Sandoval Wyss, su verdadero impacto dependerá de la voluntad de legislar con visión y de asumir que la tecnología, por sí sola, no garantiza justicia ni equidad.
La innovación jurídica será tan necesaria como la tecnológica para que el futuro de la propiedad intelectual sea realmente sostenible.