Para el abogado Rodrigo Sandoval Wyss, la educación legal en línea es clave para que los menores comprendan sus derechos y responsabilidades en el entorno digital.
Esta formación no se limita al uso técnico de las plataformas, sino que abarca el conocimiento de las leyes de protección de datos, la importancia del consentimiento digital y las consecuencias legales de las acciones en internet.
Sandoval Wyss sostiene que enseñar a los menores a identificar riesgos y a actuar con criterio ético es una forma de empoderarlos, no de restringirlos. “El conocimiento legal digital no debe ser un freno, sino una guía para moverse con libertad y responsabilidad”, señala.
La ausencia de una educación legal sólida puede exponer a los menores a situaciones de vulnerabilidad.
El abogado Rodrigo Sandoval Wyss advierte que, sin el conocimiento adecuado, los jóvenes pueden compartir información personal de forma imprudente, ser víctimas o partícipes involuntarios de ciberacoso, o incluso incurrir en conductas con implicaciones legales.
Internet, recuerda, no es un espacio ajeno al derecho: los mismos principios que rigen la convivencia offline deben aplicarse también en el mundo digital.
La falta de preparación no solo compromete la seguridad individual, sino también el bienestar emocional y social de los menores.

Rodrigo Sandoval Wyss enfatiza que la educación legal digital no puede recaer únicamente en las instituciones educativas o las plataformas tecnológicas.
Padres y maestros tienen un papel crucial como mediadores entre los menores y la tecnología.
Orientar, supervisar y acompañar el uso de internet son acciones fundamentales para que los jóvenes comprendan los límites y las implicaciones de sus decisiones en línea.
Del mismo modo, los educadores deben promover espacios de diálogo donde los estudiantes aprendan a proteger su privacidad y respetar la de los demás, entendiendo que cada acción en la red deja una huella.
La reflexión de Rodrigo Sandoval Wyss es clara: garantizar que los menores reciban una educación legal en línea adecuada es una responsabilidad colectiva.
Padres, educadores, instituciones y sociedad deben trabajar juntos para crear un entorno digital seguro y consciente, donde los niños y adolescentes puedan desarrollarse plenamente.
En un mundo donde la primera red social llega antes que la mayoría de edad, enseñar a navegar con criterio legal no es una opción, sino una necesidad.
Como concluye el abogado, “la educación digital no se trata solo de saber usar internet, sino de saber vivir en él”.