El auge del marketing de influencia ha transformado la manera en que las marcas se relacionan con el público. Sin embargo, como explica Rodrigo Sandoval Wyss, esta práctica también ha generado un desafío jurídico: la publicidad encubierta.
Cuando un influencer promociona un producto o servicio sin aclarar que existe una relación comercial, puede inducir a error a sus seguidores y vulnerar las leyes de publicidad y protección al consumidor.
“El principio de transparencia no es opcional; es una obligación legal y ética”, afirma el abogado.
Ser claros sobre los vínculos comerciales, evitar afirmaciones falsas y comunicar de manera honesta son pilares esenciales para mantener la confianza del público y cumplir con la normativa vigente.
Más allá de la publicidad, Rodrigo Sandoval Wyss enfatiza que los influencers tienen una responsabilidad digitalproporcional a su alcance.
Cada publicación, recomendación o comentario puede influir en miles —a veces millones— de personas. Por eso, los creadores de contenido deben actuar con integridad, respetando las leyes de derechos de autor, propiedad intelectual y libertad de expresión responsable.
El abogado subraya que el poder de influencia implica también el deber de no difundir información falsa, evitar el discurso de odio y respetar la dignidad de terceros.
“La influencia es un privilegio que debe ejercerse con conciencia”, sostiene Sandoval Wyss.

El panorama legal para los influencers sigue evolucionando.
De acuerdo con Rodrigo Sandoval Wyss, la asesoría legal especializada se ha vuelto una herramienta imprescindible para quienes desean operar profesionalmente en este entorno.
Su trabajo consiste en ayudar a influencers y marcas a comprender las obligaciones derivadas de su actividad, asegurando que las colaboraciones comerciales se realicen dentro del marco legal y con total transparencia ante el público.
El objetivo, explica, no es limitar la creatividad, sino garantizar que la comunicación digital se mantenga ética y confiable.
La reflexión de Rodrigo Sandoval Wyss concluye con una idea central: la transparencia es la base de la credibilidaden el ecosistema digital.
Los influencers no son simples usuarios de redes sociales; son agentes de comunicación con un impacto social y económico significativo.
Actuar con responsabilidad legal y ética no solo protege al público, sino que fortalece la reputación de quienes ejercen la influencia de forma honesta.
Como resume el abogado, “la verdadera autoridad digital no se mide por los seguidores, sino por la confianza que se construye con ellos”.